Francisco no iba a estar ahí cuando ella volviera, inhaló con fuerza el aire frío del otoño. Sentía que le faltaba el aire, el nudo en la garganta no se había ido.
Se prometió no llorar, lo cual suponía un gran esfuerzo físico, psicológico y emocional.
Apagó su telefono y se dispuso a mirar hacia adelante.
Volvió a romper su promesa, no pudo guardar las lágrimas.
Recordó una frase que había escuchado a Sabina "al punto final de los finales no le siguen dos puntos suspensivos". Maldita analogía, pensó, mientras escuchaba de esa música deprimente que habla sobre amores sin finales felices, increible coincidencia que casi toda las canciones que sonaron en su reproductor la hacian sentir identificada.
Pasa siempre.
ResponderEliminarCuando estas triste parece que todas las canciobnes hablan de ti.
Y es cierto que cuando se acaba con un solo punto y no hay nada escrito detras...
Pero es recomendable ser capaces de empezar una historia nueva.
C'est vrai.... C'est la vie.
ResponderEliminarSaludos argentinos.
Jorge: estoy en eso de la historia nueva, en breve leeras algo al respecto
ResponderEliminarchica! realmente me encanto...me suele pasar jajaja... tan solo tengo q aceptar el punto final y no imaginar los suspensivos
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