lunes, 23 de noviembre de 2009

La muerte.

Se despertó sobresaltada, eran las cinco de la mañana y volvió a su mente la ultima discución.

- Así que este es el final.
- Si, lo es.
- Pero yo te amo, Giovanni.
- Lo se, Bianca.
- Decias ser feliz a mi lado, proyectamos una vida..
- Basta!
Su vista se nubló.
- La muerte me persigue, sus ojos azules no me dejan en paz. Bianca, esta charla es un ultimo deseo, o favor o lo que sea.
- Es por tu tio, verdad? Te dije que te alejaras de él, que traeria problemas.
- Ya no tiene caso discutir, mujer, es que no lo entiendes, estoy condenado.
- Podemos recurrir a la policia, o escapar, eso es Giovanni, huyamos, vayamos a Estados Unidos. Mis tios viven ahi y nos ayudaran.
- Es demasiado tarde, sus ojos siguen mis pasos, lo de la policia solo lo hara enojar y huir, eso podria hacer que te lastime.
- Quien es él?
- Él? Es la muerte, tiene una sonrisa gentil y los ojos como el cielo. Prometio que sería rápido.
- La muerte? Es un hijo de puta sin corazón! Acaso decis que te esta haciendo un favor? Es un sádico.
- Hasta el peor hijo de puta puede ser justo. Adios, Bianca. Que seas feliz y tengas en tu vida todo lo que planeamos.
Le dió un beso y la estrecho contra su pecho, ella olió su perfume y sintió su calor, su cuerpo no temblaba como el de ella, el siempre había sido valiente.
Despues de eso se había ido, sin decir más nada, sin hacer caso a sus ruegos y llamados, ni siquiero voltio a mirarla.

Una semana despues los noticieros hablaron sobre él, lo habían encontrado en un rio, se decía que era una venganza contra su tio, un mafioso relacionado con drogas y armas; sin embargo llamó la atencion que solo recibiera un balazo. Uno en la cabeza y la luz se apago pensó ella, más rápido y piadoso de lo que había temido.
El tio juró venganza y ella también.

El viejo murio unos años despues a causa de un ataque de alegia a la pimienta blanca, solo su mujer y su sobrino sabían de su problema, su mujer visitaba a su hermana y su sobrino estaba muerto. Por lo tanto lo tomaron como un accidente.

Al despertar ella recordo el rostro hinchado del viejo y sonrió. Recordó lo que había soñado, los ojos azules, esos que le habían robado a su amor. Soñó que se cerraban por última vez. Como buena italiana era supersticiosa y supo que donde quiera que se encontrara ese hijo de puta había muerto.

Más relajada volvió a dormirse.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

En el colectivo.

Eran recien las nueve de la noche, todavia quedaban muchas cosas por hacer antes de terminar el día, su voluntad intentaba concentrarse en pendientes mientras su mente divagaba por los lugares más reconditos.

Se dedicó a observar a su alrededor, el colectivo urbano estaba repleto, como todos los días a esa hora.
Más de una persona luchaba por no dormirse, varios se rindieron ante el cansancio. Había un joven con la cabeza apoyada hacia atras, una cicatriz iba desde su labio hasta su mentón, soñaba con el examen de matematicas del día siguiente, una mujer con la cabeza apoyada en el vidrio y la cartera aferrada soñaba con la discución que acababa de tener con su jefe.
Un poco más atras dos chicas con los uniformes escolares se reían a carcajadas, una tercera miraba al rubio que buscaba algo de música decente en su MP4, en ese momento creyó en el amor a primera vista.
En los primeros asientos iban una mujer embarazada con un niño pequeño sentado en su falda, que le contaba sobre la visita a la abuela; y un hombre mayor, con una botella de vino, lo esperaban su hijo y su nuera para cenar.
Una señora hablaba por celular con su marido sobre la ensalada para acompañar el pollo y un adolescente hacia serios esfuerzos por llegar a la parte de atras y pulsar el timbre, deseaba estar en su casa de una vez.

Se sintio contenta, el mundo estaba vivo. Ella tambien, llegaría a su casa, cocinaria, resolveria lo que le apeteciera y disfrutaria de su marido, tal vez vieran una pelicula o fueran a comprar helado.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Belisario y la nueva vida

La vida del niño no era tranquila, pero era mejor que la que tenía antes, o eso creía él.

Su deber era hacer todo lo que el capitán le pidiera, sin discutir ni preguntar. Mientras él no lo necesitara el niño podría recorrer el barco o la pequeña isla a su voluntad.

De entre los piratas había un par que le agradaban particularmente, el primero era el capitán, un hombre un poco sádico, pero justo, jamás permitió que nadie le pegara, ni que lo ayudaran con las tareas que le delegaba.

También estaba entre sus preferidos Charles, un viejo francés, que viajó al caribe en busca de bellezas naturales para pintar. Tuvo que matar al marido de su amante cuando este intento apuñalarlo.

Estaba condenado a la horca cuando llegaron los piratas al lugar, por lo que al igual que el niño, pidió al capitán unirse a su grupo. Fue el quien se encariño con el niño y le enseño todo lo que sabía, empezando por el idioma. Solo con verlo supo que con ese cabello negro, esos ojos azules y su mente despierta tendría un gran futuro.


Margot y Baldwing

Margot recordó el día en el que conoció a Baldwing.

El niño le generó algo extraño, por un lado, le desagrado que se pareciera tanto a su madre, en sus rostro no se identificaban rastros de su padre. Ella sabía que el niño no tenía la culpa, pero era el único motivo por el cual Alex no dejaba a su mujer, eso y que era demasiado leal, pero estaba segura de que sus encantos hubiesen funcionado contra la lealtad.

Su madre estaba haciendo una suplencencia en una pequeña escuela rural, no muy lejos y por eso Alex había llevado al niño con el a la heladería en la que se juntaron. Aunque físicamente, podría haber sido el hijo de cualquiera, fue en su mirada que lo encontró.

Su mirada era igual de intensa e inteligente que la de su padre y aunque sólo tenia un año, ella supo que estaba destinado a algo grande.

Se sintio feliz al verlo en el prostibulo, se vestía son la misma sencillez de Alexander y aunque en su rostro leyo aburrimiento, estaba segura de que su mente era tan brillante como la de su ex amante.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Incidentes...

La luna rió a carcajadas, la historia en si no era original, pero la expresión en sus rostros le dio risa.
Sus padres y hermanos se habían ido de la ciudad, había una de esas fiestas familiares en las que los tios repiten lo grandes y lindos que están los sobrinos, comen como si fuese la ultima vez y más tarde un poco entonados empiezan a reir descontrolados.
Ella, sutilmente rechazó la invitación, "tengo parcial el lunes, con el calor del día no pude concentrarme y necesito avanzar, mandá mis saludos y si la abuela hizo torta traeme un poco" se excuso. Su madre, orgullosa de lo responsable que ella era, dijo que quedaba algo del mediodia en la heladera y que por la mañana estarían de vuelta.
Él llegó un poco más tarde, despues de amarse apasionadamente, con la modorra y el hambre tipicos del "despues" atacaron la heladera, vieron el final de una pelicula francesa de la cual no entendieron nada y mientras hablaban en la cama sobre estudios, amigos y proyectos varios se quedaron dormidos.
Lo primero que vió al despertar fue la mirada espantada de él.
-Que hacemos?
Sin entender que pasaba le pregunto de que hablaba.
-Es la voz de tu vieja, están por entrar!
Ahora la de la mirada espantada era ella, sentados se miraron, ella se puso un camisón y salió a abrirle a sus padres, tan rápido como le fue posible volvió a su dormitorio, no había rastros de él!
Mientras miraba desconcertada hacia todos lados sintió a su madre entrar detras de ella, su madre le contaba los incidentes graciosos, que habían comido y sobre la nueva novia de su primo, ella asentía y sonreía mientras su cabeza pensaba: "en donde carajos se metió!!!".
Alegando un cansanció importante pidió que terminara de contarle todo por la mañana, se saludaron y apagó la luz, mientras mentalmente maldecia a todos los dioses del olimpo, lo llamó en susurros, casi grita cuando el la tomo por el tobillo.
Unos instantes despues, salió de debajo de la cama, se vistió y saltó por la ventana hacia la calle.
Se quedó pensando, así que eso sentian en las peliculas cuando el amante se ocultaba de los habitantes de la casa... Era má que interesante!