Margot terminó de leer su libro, se volvió a bañar, aún se sentía sucia.
Hizo lo que hacia mucho que no hacia. Salió a caminar sin destino concreto, no se había abrigado mucho, quería sentir el aire fresco llenando sus pulmones y obligarse a acelerar el paso para no sentir frío.
Un tierno sol la ayudó a entrar en calor, se levantó cierto viento con olor a tierra y recordó su Francia natal.
Pensó en sus padres, en su hermana... En todo lo que había dejado del otro lado del Atlántico. Resbaló una lágrima por su mejilla.
Decidió ir a lo de Alexander, había algo en sus abrazos que le devolvían el color a su triste vida.
El hacia que estar allí, valiera la pena.
Hacia tiempo que no aparecia Alexander por aqui.
ResponderEliminar¿Su propietario hace que valga la pena?