Como si el destino estuviese de su lado, ella se conectó.
Hacia meses que no se veían, sin embargo sabía q no podría negarse. Siempre se habían llevado bien, eran amigas inclusive.
Sin dar más vueltas Julia preguntó:
- Querida, necesito un favor gigante.
- Bueno, decime!
Sí, tenía razón, ella era su aliada.
- Bueno, hace algunos años le preste a tu hermano uno de mis libros y como no nos hablamos, de hecho la ultima vez le dije que era un idiota...
- ¿¡Querés que te lo consiga!?
Y sin tener que terminar de explicar toda la situación, cada vez mejor.
- Exacto!
- Bueno, nos juntamos el martes próximo, te toca pagar el café!
Todo había salido perfecto, inclusive barato! Un café, una charla de mujeres y además su querido libro.
En esos momentos es que Julia se pregunta ¿Que más se puede pedir?
Cada vez que presto un libro, me lo anoto en la mente y no me lo olvido más. Hasta que regresa, obvio.
ResponderEliminarSalute.
Te pondria una lista casi interminable de todo lo "mas" que yo pediria.
ResponderEliminarSeguro que ese libro tiene truco.