La Luna disfrutaba del año nuevo.
Desde siempre esa celebración había sido interesante por los excesos... Exceso de alcohol, de sexo, de drogas, de glamur, de alegria, de furia, de tristeza, de ilusión, de vida y de muerte.
Le agradaban los fuegos artificiales y los brindis, aunque creia que no eran más que un cliche.
Baldwing miraba al cielo con expresión alegre. Le gustaban las coloridas piruetas que lograban con polvora y colores en el cielo, pero detestaba los gritos infantiles de sus vecinos al prenderlos en la vereda.
Margot ceneba con algunos amigos. Odiaba el año nuevo, se ponía nostalgica y se sentía particularmente sola para esas fechas.
En algún lugar lejano, el barco se hundía lentamente, mientras los ultimos pasajeros subian al bote naranja.
Magalí se acerco a su perra, estaba un poco drogada, sino se estresaba mucho con los ruidos de la pirotecnia.
Javier sostenía a su nieto en brazos mientras su hijo liberaba al cielo un globo de papel.
El año viejo se iba, uno nuevo comenzaba lleno de esperanza y espectativas.
Para la luna, el mundo simplemente seguía girando.
La luna ve tantas cosas.
ResponderEliminarEn realidad es una noche como tantas, solo la diferencia que es la noche en que se hacen propositos de futuro que luego nunca se cumplen.
Me quedo con sexo, alegria, ilusion y ¡como no! furia.
¿te hace?
Y si, a medida que pasan los años y el mismo acto se repite una y otra vez, las cosas para quien las ve repetirse tienden a simplificarse... procuraré para el próximo año, contribuir con algo para sacar a la luna de ese letargo de fin de año (y de paso, me arranco a mí del mismo).
ResponderEliminarUn Beso, Margot!!!
P/d: mucho tiempo fuera del blog... vacaciones, puede ser?? o sólo un poco de vagancia??